"Recuperar nutrientes es una línea de investigación que interesa a todos"
Andrea López, ingeniera e investigadora principal del proyecto Magnyfos
Andrea López Martín (Irún, 1985) tuvo en 2023 una promoción externa inesperada y gratificante porque reconoció su valía profesional y supuso un hito más en su carrera: se trata del nombramiento como secretaria técnica en el grupo transversal de I+D+i de la entidad nacional Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS). Constituye la asociación de referencia en el sector del agua urbana en España, que cuenta con 300 empresas tanto del sector público como privado, y que en conjunto prestan servicio a más de 35 millones de personas en 1.700 municipios.
López sustituyó en el cargo a Soledad Canal, que se retiró por jubilación, y toma el relevo coordinando los trabajos del grupo de I+D+i, que a su vez contiene dos subgrupos: uno de transformación digital y otro de modelización de la información (BIM, por sus siglas en inglés: building information modelling), en el que también participa la ingeniera de NILSA Irati Aldaz Lusarreta.
El grupo de I+D+i aglutina a más de 30 miembros, entre los que se incluyen la Agencia Vasca del Agua, la Agencia Catalana del Agua, Augas de Galicia, Canal de Isabel II (Comunidad de Madrid), el Consorcio para el Abastecimiento y Saneamiento de Asturias, el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, el Consorcio d’aigües de Tarragona, entre las de titularidad pública, además de la propia NILSA. En cuanto a las empresas de titularidad privada, cuenta con socias como FCC Aqualia, Indra, Facsa, Socamex o Cadagua. Por cada entidad puede participar más de una persona, por lo que el grupo suma un total de 115 expertas y expertos, para los que la labor de cohesión y coordinación de la secretaría técnica es fundamental.
En cuanto a la trayectoria de López, inició su carrera en NILSA en 2019 como investigadora del área de I+D+i, cuyo responsable es Jairo Gómez Muñoz y que también cuenta con Itsaso Ilzarbe Senosiain como parte del equipo técnico. Los tres trabajan en Tudela, donde se encuentra la segunda mayor depuradora de Navarra, que alberga también un laboratorio y en la que se llevan a cabo la mayoría de las pruebas-piloto de los proyectos de investigación y desarrollo.
En paralelo a su labor en AEAS, López sigue manteniendo sus labores actuales en NILSA, entre las que se encuentra ser coordinadora del proyecto MAGNYFOS, en el que intervienen tres socios más (CEIT de Guipúzcoa, MAGNA de Navarra, y la Universidad de Barcelona) y cuyo objetivo último es recuperar el fósforo de las depuradoras. Los avances de este proyecto son uno de los temas que se ponen en común en el grupo de I+D+i de AEAS para compartir conocimiento entre socios y fomentar sinergias.
Sobre este proyecto, la ingeniera irundarra responde unas preguntas para acercarlo al público generalista, un público, como usted y yo, cuyo cuerpo está compuesto en un 1% por fósforo, ya que supone la centésima parte del peso de un ser humano y constituye el segundo mineral más abundante en el organismo, tras el calcio. Ambos son imprescindibles para el buen estado de dientes y huesos. Porque hablar de agua residual es hablar de muchas cosas, como asegura López.
¿Por qué es importante recuperar el fósforo del agua residual, que es el objetivo principal del proyecto MAGNYFOS?
Por varios motivos, entre los que destacaría uno medioambiental (la eutrofización de los ríos), otro técnico (problemas en tuberías y redes de agua), e incluso uno geoestratégico (la dependencia de terceros países para conseguir un nutriente esencial y básico para la vida).
La eutrofización consiste en un crecimiento excesivo de algas en los cauces, lo que roba oxígeno a especies animales, y puede llegar a consumirlo por completo, provocando la muerte de la vida animal, entre otras alteraciones. Esta proliferación vegetal se produce por un exceso de fósforo y nitrógeno en el agua, por lo que es fundamental reducirlo.
En cuanto a los problemas de mantenimiento de las redes, es fácil de enteder si utilizamos el símil del colesterol en las arterias: sucede igual con el fósforo que, junto con otros elementos, forma compuestos que obstruyen tuberías de agua.
Finalmente, hablamos de que el fósforo, como otros nutrientes esenciales para la vida, es un producto del que Europa en general y también España tiene un altísimo grado de dependencia de terceros países. Es uno de los problemas que la Comisión Europea ha identificado como amenaza para la política común: la dependencia excesiva de terceros con los que las relaciones comerciales, diplomáticas, políticas... no siempre son buenas o a veces incluso están en riesgo de romperse. El autoabastecimiento comienza a ser una exigencia no solo en ámbitos como el gas y la energía en general, sino también en componentes minerales. Por eso recuperar fósforo contribuye a fomentar la economía circular, convirtiendo un elemento casi de desecho en un recurso, pero también se alínea con una postura geopolítica comunitaria. Todo suele tener muchas más derivadas de las que inicialmente tendemos a considerar.
¿Qué tiene que ver el magnesio en esto?
El proyecto se denomina MAGNYFOS, jugando con ambas palabras: magnesio y fósforo, porque es una forma del magnesio la que permite que el fósforo precipite y podamos recuperarlo para su posterior aplicación. En este sentido, estamos trabajando con Magnesitas de Navarra, que nos proporciona el magnesio necesario (en forma de óxido de magnesio, obtenido en su producción de magnesitas), y que se genera en la localidad de Zubiri, lo que constituye también utilizar un producto de cercanía, un kilómetro cero por así decirlo.
¿Por qué este proyecto se ha desarrollado en la depuradora de Tudela?
Porque tenemos una planta piloto que permite modelizar y simular matemáticamente, lo que luego podemos extrapolar a la práctica. La planta la heredamos del proyecto LIFE NADAPTA, con lo cual la estamos reaprovechando y dándole una segunda vida útil al adaptarla y modificarla para este proyecto. Además, hemos comprobado que los resultados a pequeña escala son escalables sin problema, por lo que trabajamos con fiabilidad y con la confianza de que no son ensayos que no podrán tener aplicación útil, sino al contrario.
Es verdad que la depuradora de Tudela cuenta con una corriente de agua residual que no es la idónea debido a una alta concentración de calcio, que actúa como interferencia en nuestro trabajo de recuperación del fósforo en compuestos determinados, pero hemos descubierto que la corriente de la depuradora de Pamplona es más adecuada y lo que aprendemos lo aplicamos allí, en conjunto con Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, que opera la planta.
En cualquier caso, lo que aprendemos en Tudela sirve para otro tipo de corrientes de agua con caudal óptimo para la recuperación del fósforo, así que lo damos por muy bien empleado; sirve y eso es lo que cuenta.
¿Están ya aplicando de manera práctica algo de lo que se ha investigado?
Contamos con hacerlo a finales de 2024 en la depuradora de Tudela, que es la segunda mayor planta de Navarra, tras la de la Arazuri, que da servicio a la Comarca de Pamplona. Es imprescindible hacerlo porque la nueva directiva marco del agua de la Unión Europea exige reducción de fósforo en el agua de salida de las depuradoras de manera drástica y tendremos que cumplir esta normativa, obviamente. De hecho, la fecha de finalización del proyecto se ha ampliado un semestre, hasta junio de 2024, para que podamos seguir investigando.
¿Algo que resaltar sobre este proyecto?
Por la parte humana, el trabajo de Itsaso Ilzarbe, que ha colaborado en los ensayos a escala piloto, cuyos resultados, como he apuntado, son prácticamente los mismos que si se llevaran a cabo en plantas hidráulicamente más sofisticadas. Los procesos podemos cambiarlos según qué queramos investigar, pero los equipos tecnológicos permanecen, son los mismos, de uno u otro tamaño, y valen muy bien.
Yo soy la investigadora principal en MAGNYFOS, pero Ilzarbe aporta un trabajo fundamental de recogida de datos y colaboración permanente.
Por otra parte, hemos de darnos cuenta de que recuperar nutrientes, como línea general de investigación y desarrollo, tiene cabida e interés para cualquier entidad pública y privada que se dedique al agua o al medio ambiente, entre otras áreas.
Como he apuntado en la pregunta inicial, y con esto cerramos el ciclo de la entrevista, recuperar elementos es una cuestión con ventajas en ámbitos muy diversos y aprovecho para recordar que el económico es transversal a todos ellos. Por sostenibilidad, por geoestrategia, por economía circular, por necesidad de supervivencia, por beneficio empresarial, por interés público... investigar en cómo recuperar el fósforo del agua residual es un sí en mayúsculas.